Quedaría muy bien decir que su amor por el cine comenzó con Fellini, Bergman o Tarkovsky. Pero no, la historia de Juan Carlos es más local.
Tendría apenas 7 años cuando una mañana vio su casa invadida por decenas de personas cargando imponentes equipos de iluminación y enormes cámaras. Se filmaba la película María de mi Corazón, de Jaime Humberto Hermosillo. Con menos de un metro de estatura, fue testigo y extra, de un despliegue cinematográfico que lo marcó de por vida.